Es una misión casi imposible repasar goles de los mejores equipos de Barcelona de los últimos 10 años y no ver a Jordi Alba trepar por la banda izquierda, llegar hasta el fondo del campo y, con la cabeza levantada y los ojos bien abiertos, centrear hacia atrás para que el argentino Lionel Messi dispare al gol.
No por repetitiva dejó de ser contundente esa fórmula de gol blaugrana, que ahora buscará reeditar Inter Miami CF con el fichaje del lateral español, quien hoy se unió a «La Pulga» y a su compatriota Sergio Busquets para intentar encaminar la floja temporada 2023 del equipo en la Major League Soccer (MLS) y situarlo en lo más alto de la Leagues Cup y de la US Open Cup.
Además de socios con el balón en sus pies, el lateral también es uno de los mejores amigos del argentino fuera del campo, donde siempre han tenido cosas en común, entre otras, haber crecido y remontado sueños de gloria en La Masía, que los moldeó como futbolistas y les imprimió su sello.
Jordi Alba Ramos nació el 21 de marzo de 1989 en Hospitalet de Llobregat, en Cataluña, y en 1998 fichó por Barcelona, en el que cursó siete años en la cantera. En 2007 dejó la famosa academia del equipo culé y recaló en UE Cornellà, de la tercera categoría del fútbol español, donde permaneció durante una temporada.
Fue Valencia y más tarde Gimnàstic de Tarragona los equipos que lo convocaron para que integrara sus filas, paralelamente a las de las selecciones juveniles españolas, hasta que el entrenador Unai Emery, el 13 de septiembre de 2009, le dio la oportunidad de debutar en la Primera División con la camiseta del conjunto che ante Real Valladolid.
En junio de 2012, «Folleti», como lo apodan, volvió a su viejo amor al acordar un contrato por cinco temporadas con Barcelona, que pagó a Valencia 14 millones de euros por su ficha y estableció una cláusula de rescisión de 90 millones.
Pese a varias lesiones que interrumpieron su evolución, el lateral se convirtió en una pieza clave en el Barcelona de Luis Enrique que en la temporada 2014-2015 consiguió el segundo triplete de la historia del club (el primero lo había logrado Pep Guardiola en la 2008-2009), al ganar la Liga, la Copa del Rey y la UEFA Champions League.
Socios en el campo y amigos en la vida: Alba y Messi se reencuentran en el fútbol de EE.UU.
Alba fue una pieza fundamental en el juego de Messi, a quien varias veces defendió públicamente cuando el astro era objeto de algunas críticas, tibias en España y más fuertes en Argentina, especialmente después de tres finales perdidas por la selección albiceleste (Mundial de 2014 y Copas Américas de 2015 y 2016).
«No entiendo las críticas hacia ‘Leo’. Es un jugador único que hace mejor a cualquier equipo en el que juegue. Hay de todo, claro está, pero si una persona entiende de fútbol, no puede criticar a Messi», opinó varias veces.
En abril pasado, Jordi Alba incluso se pronunció abiertamente en favor del regreso a Barcelona del internacional argentino, por entonces en el francés PSG. «Lo estamos aguardando con los brazos abiertos. Su vuelta la deciden otros, pero si es por los jugadores, lo esperamos ya», destacó el lateral izquierdo.
La Major League Soccer (MLS) se jerarquiza con la llegada de Alba a Inter Miami CF.
Quizás por su escaso protagonismo en el Barcelona campeón de la temporada 2022-2023, en la que disputó 23 partidos, pero solo 13 como titular, el lateral, desplazado por el joven Alejandro Balde, anunció en mayo su salida del conjunto blaugrana, pese a que tenía contrato vigente por un año más y no estaba prevista la reducción de su salario en medio del complicado contexto financiero que atraviesa el club catalán.
«Echaré mucho de menos correr la banda del Camp Nou, sentir el afecto de la afición. ¿Quién le habría dicho a ese niño de 9 años que iba a conseguir tanto con el club de su vida? Quiero agradecer a los culés por el cariño que siempre me han dado. ¡Gracias, de verdad! Creo que lo mejor es dar un paso al lado. No ha sido un decisión fácil, pero me voy tranquilo», afirmó el futbolista en su mensaje de despedida.
A los 34 años, Jordi Alba ha desembarcado en Estados Unidos con unos números que asustan: 18 títulos con Barcelona y dos con la selección española (la Eurocopa de Polonia y Ucrania en 2012, y la Liga de Naciones de la UEFA de Países Bajos en la temporada 2022-2023). Pero, sobre todo, con la enorme ilusión de reencontrarse con sus amigos Messi y Busquets, y de volver a asistir al argentino, como tantas veces en su carrera.