Existe, desde hace algunos años, una tendencia evidente en los cuerpos técnicos argentinos: esconder las lesiones de los jugadores.

Hasta hace un tiempo, un parte médico lo aclaraba todo: tipo de lesión, grado y días estimados de recuperación.

Actualmente, no se sabe la razón, muchos entrenadores acuerdan con los médicos o directamente les prohíben precisar el motivo de una molestia física.

Existe, desde hace algunos años, una tendencia en el periodismo a llenar espacios con notas forzadas. ¿Con qué material? Da lo mismo. Todo pasa por hacer “contenido”, dar qué hablar, provocar una polémica o hasta un escándalo.

Existe además otra realidad: normalmente los futbolistas y los directores técnicos ven a los periodistas como sus enemigos, y no como “compañeros de trabajo” en el circo que rodea al deporte rey.

Sin Messi, Inter Miami CF rescató un punto agónico ante New York City FC.

Y existe también otra certeza clave: por deformación profesional, al periodista le encanta desconfiar, escudriñar, interpelar.

En toda esta ensalada, tal vez, se resuma la “polémica» que se ha originado e instalado en los últimos días en torno a la ausencia de Lionel Messi en los juegos de Inter Miami CF.

Después de una maratón de partidos en Estados Unidos, el astro argentino se unió a la selección de su país para disputar dos compromisos de las Eliminatorias para el Mundial de 2026.

En el primero, ante Ecuador, marcó un golazo de tiro libre y, raro en él, pidió el cambio a falta de pocos minutos para concluir el encuentro, llevado a cabo en Buenos Aires el jueves 7 de septiembre.

El domingo siguiente se hizo estudios en Buenos Aires, que no arrojaron lesión, según dijeron sus allegados.

El posteo periodístico que visibilizó la polémica.

Ese mismo día viajó a La Paz con la delegación argentina, pero ni siquiera fue convocado por Lionel Scaloni para el encuentro ante Bolivia.

Regresó a Miami y volvió a someterse a estudios. A falta de parte médico oficial, fue el entrenador Gerardo Martino quien informó que no había lesión y aclaró, por fin, que el crack tenía una molestia producto de una cicatriz de un viejo desgarro y que lo irían evaluando día a día.

No jugó contra Atlanta United FC. Volvió con Toronto FC, pero otra vez pidió el cambio, y antes del descanso. Y tampoco estuvo ante Orlando City SC, frente a Houston Dynamo FC en la final de la US Open Cup, ni anoche en el 1-1 ante New York City FC.

Como cuña, durante estos días se instaló la controversia, cuando un periodista aseguró que «Leo» está desgarrado y dijo que no jugará durante el resto de la temporada.

Consultado al respecto, “Tata” Martino insistió este sábado en que Messi no está lesionado, en que “se lo evalúa día a día” y en que no se correrán riesgos con su salud deportiva: si mejora jugará; si no, quedará fuera de la convocatoria.

El técnico argentino manifestó su molestia ante la desconfianza de algunos periodistas, que sugieren que no se informa la verdad y que se mantiene la duda sobre su presencia hasta el último minuto por una simple razón: los precios de las entradas y la avidez por ver al exBarcelona y PSG bajan de manera significativa si no juega.

Quizás la solución sería un parte médico oficial que despejara las dudas, pero es archisabido que el fútbol suele enfermarse de importancia. Y lo peor es que la mayoría de sus protagonistas -todos, incluso los periodistas- se lo cree.

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